Feliz lunes, querido diario

Hace rato que no pasaba por aquí, no creas que te había abandonado, lo que pasa es que los días van volando, y no sólo es mi percepción, literalmente pasan muy rápido, todos se quejan de esto mismo. Tengo tantas cosas por hacer, y ya sabes cómo soy, si no las tengo, las busco, que casi no me alcanzan las horas para buscarte, tenerte entre mis manos y contarte de mis días.

Hoy, como en los últimos días, llovió en la madrugada y la ciudad amaneció lavada, limpia, bajo un cielo nublado y con el clima más frío. La sensación que tuve cuando salí a pasear con los perritos fue de una tranquilidad inusual y un silencio sepulcral, debe ser porque era muy temprano, pero, seguramente, más tarde todo se activa y la ciudad vuelve a su ritmo normal.

Desde que estamos paseando a los perritos, te he contado que disfruto tanto de este paseo matutino que la mayoría de los días me dejo llevar hasta donde ellos quieren pasear. Cada día, vamos más lejos, lo cual es maravilloso porque, así, tengo más tiempo para profundizar en mis pensamientos y reconocer mis sentimientos del momento; también, con estos paseos, conozco más el barrio donde vivimos desde hace año y medio. Me gusta ver las casas con sus fachadas de ladrillos, con jardines de rosas y otras flores bellas y áticos adornados con gatitos o perros asomados.

La mayoría de las veces, me detengo frente a una de esas casas, mientras los perritos olfatean por todos lados, y pienso en una historia familiar con aroma a la mía. Me los imagino alrededor de la mesa, desayunando con huevos revueltos y una buena taza de café, haciendo planes para salir a la calle con la promesa del encuentro en el calor del hogar.

Un día, vi a una señora de cabello blanco, regando las matas de su jardín y de inmediato, recordé a mi madre. Fue inevitable la nostalgia en esa atmósfera. A los pocos segundos, volví a la realidad porque los perritos ladraron al ver a un perro a lo lejos y, cuando esto sucede, hay que apartarse, pues ellos se creen unos lobos, aunque sólo tengan unos pocos centímetros de tamaño.

Por otro lado, querido diario, te cuento que estoy feliz porque ya octubre está finalizando, y llegan los meses que más me gustan. Estoy preparando todo para celebrar la vida de mi hija el dos de noviembre, es su cumpleaños veinticinco, sus primeros veinticinco y los mejores años de mi vida.

En muchas páginas atrás, te he contado que mi hija es mi mayor bendición, mi mejor regalo de la vida y mi orgullo. ¿Cómo no celebrarla? Es mi alegría y la ilusión por la cual agradezco todos los días de mi vida.

Te estaré contando de nuestra celebración y de la alegría de compartir con los amigos que hemos hecho en este país.

Querido diario, volveré pronto a tus páginas para compartir mis pensamientos más íntimos y mis emociones más profundas. Y como en cada despedida, te agradezco porque estás aquí como mi confidente más fiel, mi refugio en los días más oscuros y mi celebración en los más brillantes. Tú más que nadie sabes lo que he vivido, lo que he sentido, sobre todo, en este último año de tantos cambios en mi vida.

¡Gracias, gracias, gracias!

Happy Monday, dear diary

It's been a while since I've been here, don't think I've abandoned you, what happens is that the days are flying by, and it's not only my perception, they literally go by very fast, everyone complains about this. I have so many things to do, and you know how I am, if I don't have them, I look for them, that I almost don't have enough hours to look for you, to hold you in my hands and tell you about my days.

Today, as in the last few days, it rained in the early morning and the city dawned washed, clean, under a cloudy sky and with the coldest weather. The feeling I had when I went for a walk with the puppies was of an unusual tranquility and a sepulchral silence, it must be because it was very early, but, surely, later everything activates and the city returns to its normal rhythm.

Since we have been walking the puppies, I have told you that I enjoy this morning walk so much that most days I let myself go where they want to walk. Every day, we go further and further, which is wonderful because, this way, I have more time to deepen my thoughts and recognize my feelings of the moment; also, with these walks, I get to know more the neighborhood where we have been living for a year and a half. I like to see the houses with their brick facades, with gardens of roses and other beautiful flowers and attics adorned with kittens or dogs peeking out.

Most of the time, I stop in front of one of those houses, as the puppies sniff around, and think of a family story redolent of my own. I imagine them around the table, having breakfast with scrambled eggs and a good cup of coffee, making plans to go outside with the promise of meeting in the warmth of home.

One day, I saw a white-haired lady, watering the bushes in her garden and immediately, I remembered my mother. Nostalgia was inevitable in that atmosphere. A few seconds later, I came back to reality because the dogs barked when they saw a dog in the distance and, when this happens, you have to move away, because they think they are wolves, even if they are only a few centimeters in size.

On the other hand, dear diary, I tell you that I am happy because October is coming to an end, and the months that I like the most are here. I am preparing everything to celebrate my daughter's life on November 2nd, her twenty-fifth birthday, her first twenty-five and the best years of my life.

In many pages ago, I have told you that my daughter is my greatest blessing, my best gift in life and my pride. How can I not celebrate her? She is my joy and the illusion for which I am thankful every day of my life.

I will be telling you about our celebration and the joy of sharing with the friends we have made in this country.

Dear diary, I will soon return to your pages to share my innermost thoughts and deepest emotions. And as in every farewell, I thank you because you are here as my most faithful confidant, my refuge in the darkest days and my celebration in the brightest. You more than anyone know what I have lived, what I have felt, especially in this last year of so many changes in my life.

Thank you, thank you, thank you!