SOLOESCRIBE CONCURSO # La Mujer y el Hombre de la Historia / María, la madre

Aunque adentro todo está cálido y protegido, yo puedo sentir la angustia en el corazón de mi madre, casi una niña, aceptó sin dudar llevarme en su vientre, cuando el ángel Gabriel se lo dijo. Son tiempos difíciles, aún más para un carpinero pobre y su esposa. A pesar de su avanzado estado de gravidez camina a través del desierto, huye de Herodes, quien quiere asesinar a los niños que nazcan, porque teme que ese niño que busca lo destronará. Pero no sabe quién es ese niño, niños inocentes morirán, pero yo estoy a salvo. Por ahora estoy a salvo. Puedo sentir el polvo del camino, su cansancio, su dificultad para respirar. Madre, ¿sientes mi respiración? Pronto dejaré tu vientre.

Luego de muchas horas finalmente ya estoy en el mundo, sobre el pecho de mi madre. Llora y ríe al mismo tiempo. Mi padre me limpió lo mejor que pudo y nos cubrió con una manta. Hace frío. Los pastores de los alrededores han venido a conocerme. Trajeron humildes regalos. Los necesitamos. Afuera en el firmamento una estrella brilla más que las demás iluminando el cielo sobre Belén. El amor de mi madre calienta mi frágil cuerpo. No hay mucha luz aquí, pero el fuego y la luz que no se apagan vienen del alma. La luz que vine a traer.

Es difícil explicarle a María qué hago entre los sabios del templo, se preocupó mucho cuando me perdió de vista. Pero debo ocuparme de algunos asuntos de mi padre. No de José, el carpintero, que me crió con todo el amor que podía darme, sino del verdadero, el padre todopoderoso que creó el universo. Aunque aún soy muy joven, ya es tiempo de que inicie mi formación como maestro espiritual. －¡Hijo mío! ¿Qué haces aquí? Tenemos mucho rato búscandote.

No puedo evitarte este hondo sufrimiento, madre. Debo cargar esta cruz, esta flagelación, así como peregriné en los últimos años llevando luz y amor por diversos lugares y ciudades. Tus lágrimas me duelen más que el látigo que me lacera, pero nada puedo hacer, debo cumplir el destino que me encomendó mi padre, por el bien de la humanidad. Perdóname, madre. Gracias, gracias por tanto amor.

Saludos hiver lectores, con este relato que les comparto participo en la iniciativa convocada por la comunidad @soloescribe “La Mujer y el Hombre de la Historia”, espero que lo disfruten. Les dejo el link para que puedan participar. https://peakd.com/hive-164241/@hive-164241/la-mujer-y-el-hombre

Although inside everything is warm and protected, I can feel the anguish in the heart of my mother, almost a child, who accepted without hesitation to carry me in her womb, when the angel Gabriel told her so. These are difficult times, even more so for a poor carpenter and his wife. In spite of her advanced state of pregnancy, she walks through the desert, fleeing from Herod, who wants to kill the children who are born, because he fears that the child he is looking for will dethrone him. But he does not know who that child is, innocent children will die, but I am safe. For now I am safe. I can feel the dust of the road, his tiredness, his difficulty breathing. Mother, can you feel my breathing? Soon I will leave your womb.

After many hours I am finally in the world, on my mother's chest. She cries and laughs at the same time. My father cleans me as best he can and covers us with a blanket. It is cold. The shepherds from nearby have come to meet me. They brought humble gifts. We need them. Outside in the firmament a star shines brighter than the others illuminating the sky above Bethlehem. My mother's love warms my frail body. There's not much light here, but the fire and light that won't go out comes from the soul. The light I came to bring.

It is difficult to explain to Mary what I am doing among the wise men of the temple, she was very worried when she lost sight of me. But I must take care of some of my father's business. Not Joseph, the carpenter, who raised me with all the love he could give me, but the real one, the almighty father who created the universe. Although I am still very young, it is time for me to begin my training as a spiritual master. -My son, what are you doing here? We have been looking for you for a long time.

I cannot spare you this deep suffering, Mother. I must carry this cross, this flagellation, just as I went on pilgrimage in recent years, carrying light and love to different places and cities. Your tears hurt me more than the whip that lacerates me, but I can do nothing, I must fulfill the destiny entrusted to me by my father, for the good of humanity. Forgive me, mother. Thank you, thank you for so much love.

Greetings hiver readers, with this story that I share with you I participate in the initiative called by the community @soloescribe "The Woman and the Man of History", I hope you enjoy it. I leave you the link so that you can participate. https://peakd.com/hive-164241/@hive-164241/la-mujer-y-el-hombre