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Si de alguien Braulio nunca había dudado que pudiera alejarse de él, era de Sebastián.

Habían estado juntos desde la infancia; juntos, cursaron la educación primaria y, apenas, si se habían separado cuando eligieron sus carreras universitarias.

Por eso es que, la tarde lluviosa en la que Sebastián le dijo que necesitaba un receso de su amistad, Braulio, además de no entender, cayó en una profunda tristeza y comenzó a usar máscaras en su vida diaria...

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El dolor de Braulio

No, no vamos a entrar en detalles del porqué Sebastián le pidió un tiempo a Braulio respecto a su amistad con él.

Generalmente, esto no se hace.

Los amigos se toman el tiempo para vivir su propia vida y entienden que esto sea así.

Sin embargo, profundos lazos inconscientes habían amenazado, sin quererlo, a esta larga amistad; y de eso, Sebastián estaba muy consciente.

Pero Braulio no.

Cuando se separaron, esa noche, las gotas de lluvia fueron la representación de las lágrimas que Braulio no derramó; pero entendiendo que todos hacemos lo que es necesario para nuestro bienestar, ni se opuso, ni mostró signos de rebelión ante lo que le estaba pidiendo Sebastián; por lo que se despidieron amigablemente y quedaron en verse... Algún día.

- I -

Dos días después, Braulio salió, por fin, de su cuarto, pues la vida continuaba y él tenía que hacer lo que debía hacer.

Así que, no le quedó más remedio que ir a una tienda de máscaras.

Necesitaba una, o varias tal vez, ya que algo dentro de él, una tristeza profunda, definitivamente por la pérdida de su amigo Sebastián, le impedía mostrarse ante el mundo, como era.

Por horas estuvo eligiendo algunas según tamaño, forma y color; pero las que más le llamaban la atención cubrían prácticamente todo su rostro, y auque impedían completamente a los demás ver quién era él en realidad, también, le hacían difícil el respirar.

Por eso, tras mucho cavilar y probarse máscaras tras máscaras, se decidió por unas que sobresalían sobre su nariz y le permitía a sus orificios nasales estar libres, pero, con suficiente cobertura como para sentirse seguro ante los otros.

Había escogido unas cuantas de varios colores que se llevó a su casa y, dependiendo del día y de las circunstancias, las usaba de uno u otro tono.

No era muy festivas, incluso, en ocasiones le daban la sensación a los demás de que Braulio se había transformado en un ser frío y sin emociones, lo cual, era muy pertinente para él.

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- II -

Con los días, el contacto con los otros fue cada vez menor, pasando mucho tiempo escribiendo y leyendo; y las máscaras fueron desechándose por colores, dejando de usar las de tonalidades intensas y reemplazándolas por las de tonos suaves.

A la par, empezó a asistir asiduamente a un café en el centro del pueblo poco visitado; porque, como se comprenderá, era un pueblo y la vida intelectual en él era sumamente limitada.

Allí, enmascarado, aislado durante días en una mesa con una taza de café que se repetía cada dos o tres horas, Braulio escribía, mientras dejaba salir sus emociones.

Afuera, la lluvia era siempre su única compañera, separada de él por un viejo vitral, ya que, desde la despedida de Sebastián, no había dejado de llover en aquel pueblo.

- III -

Meses después, ya anocheciendo, en el café de "El Esquivo”, Braulio vio entrar, lento, delgado y cabizbajo, a su gran amigo Sebastián.

A pesar de que no era un recuerdo que le doliera mucho en ese entonces, algo dentro de él se movió tan fuertemente ante su presencia que, decididamente supo, que su cariño hacia él estaba intacto.

Sebastián le reconoció inmediatamente a pesar de la máscara.

Y directamente le preguntó que por qué utilizaba máscaras tan descoloridas y casi transparentes, pues a través de ella podía percibir sus ojeras y el color amarillento de sus mejillas, que, evidentemente, tenían mucho tiempo que no se exponían al sol.

Braulio, dudoso, respondió que en ningún momento se había percatado de la decoloración de las máscaras, pero reconoció que hacía rato, que solo usaba una, y que las otras estaban tiradas por allí o guardadas en algún cajón de su casa.

-¡Desde hoy ya no usarás máscaras! -le dijo Sebastián-

-¡No creo poder resistirlo!

-Pues entiende, -replicó Salvador-, que hace bastante rato, según cuentan, que todo el mundo sabe que usas un plástico, casi transparente, para no dejarte ver.

Y Braulio, sorprendido, tomó consciencia de que habían pasado ya, muchos días, que no se miraba en el espejo.

-Ya no las usarás más. -Sentenció Salvador-. De ahora en adelante yo seré tu espejo.

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Cerrando ciclos

Y así, como si un simple ciclo de vida hubiese terminado, comenzó el otro.

Porque los ciclos de los seres humanos comienzan y finalizan; aunque nadie sabe cuándo lo harán.

Lo que sí es seguro es que, inmediatamente, comenzará uno nuevo.

Que todos usamos máscaras que ayudan; pero estas se desgastan con el tiempo ante la mirada de todos, y dejamos ver lo que en realidad somos, tenemos y sentimos.

Que la amistad siempre es el rescate.

Más cobertura que la misma máscara.

El reflejo, bajo otra perspectiva, de tus mismos actos.

El espejo.

Que los cafés son sitios peligrosos donde moran intelectuales irreverentes, de ideas contagiosas y libertarias.

Donde dejan de ser ellos para conectarse con todo el universo.

Pues, “… La vida sigue su curso, con sus altibajos, sus momentos de alegría y tristeza.”

Como dijo el poeta…

Esta es mi participación en la Iniciativa La máscara que guardas solo para ti. -Soloescribe, Concurso #11-, de C/Soloescribe @soloescribe propuesta por @hive-164241
E, invito afectuosamente a @oneray @germanandradeg @issymarie2 y @sofiaquino98 a participar.

Braulio's Masks -A Cafe, the Rain and the Mirror-

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If anyone Braulio had never doubted that he could walk away from him, it was Sebastian.

They had been together since childhood, had gone through elementary school together and had barely separated when they chose their university careers.

That is why, the rainy afternoon when Sebastian told him that he needed a break from their friendship, Braulio, besides not understanding, fell into a deep sadness and started to wear masks in his daily life...

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Braulio's pain

No, we are not going to go into the details of why Sebastian asked Braulio for time off from his friendship with him.

Generally, this is not done.

Friends take time to live their own lives and understand that this is so.

However, deep unconscious ties had unwittingly threatened this long friendship, and of that, Sebastian was well aware.

But Braulio was not.

When they parted, that night, the raindrops were the representation of the tears Braulio did not shed; but understanding that we all do what is necessary for our well-being, he neither objected, nor showed signs of rebellion to what Sebastian was asking of him; so they said goodbye amicably and agreed to meet.... someday.

- I -

Two days later, Braulio finally left his room, for life went on and he had to do what he had to do.

So, he had no choice but to go to a mask store.

He needed one, or maybe several, since something inside him, a deep sadness, definitely because of the loss of his friend Sebastian, prevented him from showing himself to the world as he was.

For hours he was choosing some according to size, shape and color; but the ones that most caught his attention covered practically his entire face, and although they completely prevented others from seeing who he really was, they also made it difficult for him to breathe.

So, after much pondering and trying on mask after mask, he decided on ones that protruded over his nose and allowed his nostrils to be free, but with enough coverage to feel safe in front of others.

He had chosen a few of various colors that he took home and, depending on the day and the circumstances, he wore them in one shade or another.

They were not very festive, and sometimes even gave the impression to others that Braulio had transformed into a cold and emotionless being, which was very pertinent to him.

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- II -

As the days went by, the contact with others became less and less, spending a lot of time writing and reading; and the masks were discarded for colors, stopping using those of intense shades and replacing them with those of soft tones.

At the same time, he began to assiduously attend a café in the center of the little-visited town; because, as it will be understood, it was a town and the intellectual life in it was extremely limited.

There, masked, isolated for days at a table with a cup of coffee that was repeated every two or three hours, Braulio would write, while letting out his emotions.

Outside, the rain was always his only companion, separated from him by an old stained glass window, since it had not stopped raining in that town since Sebastian's farewell.

- III -

Months later, already at nightfall, in the café of “El Esquivo”, Braulio saw his great friend Sebastián enter, slow, thin and crestfallen.

Although it was not a memory that hurt him much at the time, something inside him moved so strongly in his presence that he knew that his affection for him was still intact.

Sebastian recognized him immediately despite the mask.

And he directly asked him why he wore such faded and almost transparent masks, for through it he could perceive his dark circles under his eyes and the yellowish color of his cheeks, which had evidently not been exposed to the sun for a long time.

Braulio, doubtful, answered that at no time had he noticed the discoloration of the masks, but he recognized that he had been wearing only one for some time, and that the others were lying around or stored in a drawer in his house.

-From today you will no longer wear masks! -said Sebastian.

-I don't think I can resist!

-Well, you understand, -replied Salvador-, it's been a long time, according to what they say, that everybody knows that you use a plastic, almost transparent, so you can't be seen.

And Braulio, surprised, became aware that it had been many days since he had seen himself in the mirror.

-You won't use them anymore. -Salvador said. From now on I will be your mirror.

Pexels-João Pavese

Closing cycles

And so, as if one simple life cycle had ended, the next one began.

Because the cycles of human beings begin and end; although no one knows when they will.

What is certain is that a new one will begin immediately.

That we all wear masks that help; but these wear out with time before everyone's eyes, and we show what we really are, have and feel.

That friendship is always the rescue.

More coverage than the mask itself.

The reflection, under another perspective, of your own actions.

The mirror.

That cafés are dangerous places, where irreverent intellectuals dwell, with contagious and libertarian ideas.

Where they stop being themselves to connect with the whole universe.

For, “... Life goes on, with its ups and downs, its moments of joy and sadness.”

As the poet said...

This is my participation in the Initiative The mask you keep just for you. -Soloescribe, Contest #11-, by C/Soloescribe @soloescribe proposed by @hive-164241
And I warmly invite @oneray @germanandradeg @issymarie2 and @sofiaquino98 to participate.

Emilio Ríos – Venezuela

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