Extraño Concurso Número 36: La Gratitud para ser feliz

Había una flor llamada Teresa, su vida nunca fue fácil, por el contrario había sido muy difícil. Ella sabía del sufrimiento, de las pérdidas, de las enfermedades, del dolor, de la amargura y sobre todo de la pobreza. Pero esta flor no demostraba ni en el rostro ni en su voz tristeza alguna.

El semblante de Teresa siempre demostraba alegría en todo momento porque decía que el regalo más precioso era estar viva y poder disfrutar de los bellos paisajes que estaba en su jardín.

Teresa aprendió las lecciones de la vida y desarrollo una compasión bella y desinteresada por el dolor de sus compañeras del jardín. Una noche una amiga le pregunta: Cómo te la pasas tan alegre y sonriente Mi vida ha sido mucho más fácil que la tuya, no obstante, sigo batallando contra el desánimo. Creo que tú eres de un espíritu libre y con una alegría genuina.

Teresa con voz suave, con profundas palabras y una linda sonrisa le contesta: No te crea, yo era de un temperamento muy descontento pero un día mamá flor me dijo que la melancolía terminaría secando mis lindos pétalos. Eso basto para cambiar de rumbo y desde ese momento en vez de quejarme comencé por agradecer y dar gracias a Dios en todo. Aunque al principio no fue fácil pero con la práctica de agradecer diariamente por cada bendición empecé a disfrutar el momento y a ver que la vida es bella.