Knowing When to Say No: My Journey with Job Stress #182
A few days ago, I surprised my boss by submitting a resignation letter on his table. The shock got him quiet for over a few minutes; before he could ask me the reason and how he could resolve the issue, my mind was made up. However, this resignation letter was meant to be submitted 2 months ago because even my parents weren't comfortable with the whole policy behind my stay there. Let me give a detailed understanding of what happened.
Sometimes, our pursuit of financial stability often leads us to accept jobs that may not align with their values or compensate for their efforts. Having a job whether remotely or onsite does not affect my house chores activity, rather, my major concern is the job itself. The job stress and the difficult decision I took to resign served as a testament to how much I prioritize my mental health and recognize my worth in the workplace.
Like many others, I found myself in a situation where the desire to make a livelihood and perform domestic obligations seemed to take priority over my well-being. The money was necessary for paying bills and meeting commitments, but I quickly recognized that compromising my mental health for financial stability was not possible. I know there are some ladies are have seen themselves in these shoes but are buckling up, saying everything is all right. Sure! It is, but everything is not all right with you.
For me, despite the pressures urging me to stay in a job that was causing me undue stress yet not getting good pay, I made the courageous decision to resign. It wasn't an easy choice, but I recognized that my mental well-being and self-worth were non-negotiable. I know I may be emphasizing my mental health, but my mental health in this context wasn’t the stress but the reward I earned. I was working as a junior staff for a surveyor who owns a firm; definitely, you would know what it means to be working for a surveyor who has a steady contract. Yet, I felt cheated for being paid crumbs when I was the one doing the whole job in the field.
The crux of the matter lay in the misalignment between the demands of the job and the compensation received. I realized that my value as an employee went beyond monetary compensation; it included the requirement for a healthy work environment that acknowledged and rewarded my efforts appropriately. So, my resignation was a conscious decision to prioritize my mental health and seek out opportunities where the stress level was equivalent to the rewards earned.
My experience taught me the importance of knowing when to say no to a job that does not value your worth. It's about recognizing that your time and energy are valuable and deserve to be respected and compensated fairly.
Currently, I am committed to seeking out opportunities that align with my values and provide a healthy balance between work and life. I refuse to settle for jobs that compromise my mental health or my sense of self-worth. I know myself, I give my all to a job I sign up for, so when I do not have a reciprocate offer, I withdraw.
To my ladies:
In a world where job stress is all too common, let us remember to prioritize our mental health and advocate for fair compensation. It's not just about earning a paycheck; it's about finding fulfillment and happiness in the work we do. And sometimes, that means having the courage to say no when need be!
SPANISH:
Saber cuándo decir no: mi viaje con el estrés laboral
Hace unos días, sorprendí a mi jefe presentando una carta de dimisión sobre su mesa. El susto hizo que se callara durante unos minutos; antes de que pudiera preguntarme el motivo y cómo podía resolver el asunto, ya me había decidido. Sin embargo, esta carta de dimisión tenía que haberse presentado hace dos meses, porque ni siquiera mis padres estaban conformes con toda la política que había detrás de mi estancia allí. Permítanme que les explique detalladamente lo sucedido.
A veces, nuestra búsqueda de estabilidad financiera nos lleva a menudo a aceptar trabajos que pueden no alinearse con sus valores o compensar sus esfuerzos. Tener un trabajo, ya sea a distancia o in situ, no afecta a mi actividad en las tareas domésticas, sino que mi mayor preocupación es el trabajo en sí. El estrés laboral y la difícil decisión que tomé de dimitir me sirvieron para comprobar hasta qué punto doy prioridad a mi salud mental y reconozco mi valía en el trabajo.
Como muchos otros, me encontré en una situación en la que el deseo de ganarme la vida y cumplir con las obligaciones domésticas parecía tener prioridad sobre mi bienestar. El dinero era necesario para pagar facturas y cumplir compromisos, pero pronto reconocí que comprometer mi salud mental por la estabilidad financiera no era posible. Sé que hay mujeres que se han visto en esta situación, pero se abrochan el cinturón y dicen que todo va bien. Claro que sí, pero no todo está bien para ti.
En mi caso, a pesar de las presiones que me instaban a quedarme en un trabajo que me causaba un estrés excesivo y además no me pagaban bien, tomé la valiente decisión de dimitir. No fue una elección fácil, pero reconocí que mi bienestar mental y mi autoestima no eran negociables. Sé que puedo estar haciendo hincapié en mi salud mental, pero en este contexto mi salud mental no era el estrés, sino la recompensa que me ganaba. Trabajaba como personal subalterno para un topógrafo que tiene una empresa; sin duda, sabría lo que significa trabajar para un topógrafo que tiene un contrato fijo. Sin embargo, me sentía estafado porque me pagaban migajas cuando era yo quien hacía todo el trabajo sobre el terreno.
El quid de la cuestión residía en el desajuste entre las exigencias del trabajo y la remuneración recibida. Me di cuenta de que mi valor como empleada iba más allá de la compensación monetaria; incluía la exigencia de un entorno de trabajo saludable que reconociera y recompensara adecuadamente mis esfuerzos. Así pues, mi dimisión fue una decisión consciente de dar prioridad a mi salud mental y buscar oportunidades en las que el nivel de estrés fuera equivalente a las recompensas obtenidas.
Mi experiencia me enseñó la importancia de saber cuándo decir no a un trabajo que no valora lo que vales. Se trata de reconocer que tu tiempo y tu energía son valiosos y merecen ser respetados y compensados justamente.
Actualmente, me comprometo a buscar oportunidades que se alineen con mis valores y proporcionen un equilibrio saludable entre trabajo y vida. Me niego a conformarme con trabajos que comprometan mi salud mental o mi sentido de la autoestima. Me conozco, lo doy todo en un trabajo al que me apunto, así que cuando no tengo una oferta recíproca, me retiro.
Por mis señoras:
En un mundo en el que el estrés laboral es demasiado común, recordemos dar prioridad a nuestra salud mental y aboguemos por una compensación justa. No se trata sólo de ganar un sueldo; se trata de encontrar satisfacción y felicidad en el trabajo que hacemos. Y a veces, eso significa tener el valor de decir no cuando es necesario.
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You made a courageous decision. Thanks for sharing and have a lovely day!
Managing a household and a job is already hard enough with unrealistic job stress and expectations on top of it all. It's not worth your health.