Fiction: Iris's amulet (El amuleto de Iris) [EN/ES]
Iris's amulet
It was an autumn morning when the little birds seemed to hide from the weather and the clouds moved happily across the sky, Tom, a dreamy and adventurous archaeologist, could be seen walking briskly over the orange leaves that lay on the ground.
The orange monochromatic landscape accompanied him in his gait, the man moved swiftly like a gazelle through the meadow. Tom wanted to reach the ruins of the sacred temple as soon as possible, he had been looking for it for a long time and now he was very close to it. The man felt that this discovery would be a before and after in his career as an archaeologist.
Every hurried step and the crunching of the floor carpeted with dry leaves, made Tom think of those moments where Filiph had gone ahead and won him fame by taking credit for his discoveries. He would not allow it this time.
The rustling of the leaves brought him back to his reality, and his dark brown eyes read in detail the directions to the exact location of the site. On the crumpled papyrus, it read. "Follow it to the waterfalls that weep eternally for the sadness of the universe and then round the cliffs that rise like a plea to heaven for misfortune. To finish, the route should lead you to the lost cave, which hides the secret of the temple of Iris. To see the cave you must place the eye of Iris in the noonday sun."
Tom could not lose that paper and that jewel that almost cost him his life on the cold summits of Everest. The memories transported him back to that moment. The explorer saw himself running with the papyrus, and Iris's eye through the snow, trying to escape from the military. Bullets danced through the cold air. After that, he would hear a voice, "Tom, my old friend, come and surrender, don't be a fool." It was the unmistakable squeaky voice of Filiph.
Tom was still running at full speed through the white blanket, which showed his footsteps captured in an ephemeral eternity. A bullet grazed his arm, and crimson liquid gushed out contrasting with the dominant white of the mountains.
A voice in broken Spanish said, "Stop, run no more or die, bullets be deadly."
Tom saw his last chance in a grenade he was carrying, he removed the latch and threw it towards the military. An explosion covered the mountainside and an avalanche rushed toward the men, after a few moments everything turned to darkness.
After a few hours, Tom was rescued by some 'sherpas' from the site where they had seen the explosion. The explorer's memories faded as he saw the waterfalls announced by the papyrus. Tom continued to run tirelessly and then reached the summits, where his climbing skills helped him to negotiate the dangerous cliffs.
Once in the place and waiting for the middle sun, he placed the jewel: the eye of Iris, on a stick. The sun's rays were imposing and touched the jewel, showing Tom the hidden cave as if by magic.
A smile tugged at the corner of his lips and he felt he had finally made it after so much hardship. He quickly entered the cave and inside found the sacred ruins of the temple of Iris. Tom was sketching the place with his eyes and excitement coursed through every cell of his burly body.
Tom hurried into the ruins and went to the altar of Iris where he found the golden triangle, a powerful amulet, beautiful and soft to the touch, which according to popular belief had the power to disintegrate any object, they called it 'the lightning of Iris', but Tom did not believe in those stories, he only wanted the amulet as a piece of historical interest and to get the fame he longed for.
Tom took the object and quickly left the ruins before the solar waves stopped touching Iris's eye. The scout came out just as the cave was closing, once outside he looked at Filiph accompanied by the military. "Hello, dear friend, I see you've already done our work for us, hahaha."
"Filiph, you treacherous scoundrel!" shouted Tom as he clenched his fists.
"Don't get upset, my friend, I'm just a trader, it's nothing personal." Filiph waved his hand for the military to point the guns at Tom. "Now will you be so kind as to give me the amulet don't worry your name will be on my big find, hahaha."
Tom had no choice but to hand the amulet to Filiph, so the scout took the amulet and violently threw it to the ground. Filiph maddened ordered the military to open fire, while Tom threw himself over the cliff to avoid the bullets. The men were stunned by the scout's movement.
Filiph approached the amulet taking it in his hands, it seemed to have broken as it was open in half, in a matter of seconds an intense light began to emanate from the amulet, and an intense radiant wave made the men disappear, the amulet fell to the ground and rejoined.
Tom lay unconscious on a cliff ledge, when he opened his eyes blurry figures appeared and spoke to him, he rubbed his hands together to focus better. Those men were natives of those lands and they told Tom about the light and then handed him the amulet.
Tom thanked the men for rescuing him and went with them to the village. After a few months, his name was in the major newspapers of the world for finding the amulet of Iris. What many did not know was the great power that lay within it.
The end
El amuleto de Iris
Era una mañana otoñal donde los pajaritos parecían esconderse del tiempo y las nubes desplazarse con alegría por el firmamento, se podía ver a Tom, un arqueólogo soñador y aventurero que caminaba presuroso por sobre las hojas naranjas que yacían en el piso, impávidas.
El paisaje monocromático naranja lo acompañaba en su andar, el hombre se movía rápidamente como gacela por el prado. Tom quería llegar lo más pronto a las ruinas del templo sagrado, lo había buscado por mucho tiempo y ahora lo tenía muy cerca. El hombre sentía que ese descubrimiento sería un antes y después en su carrera como arqueólogo.
Cada paso presuroso y el crujir del suelo alfombrado con hojas secas, hacía pensar a Tom en esos instantes donde Filiph se había adelantado y le ganaba la fama llevándose el crédito de sus descubrimientos. No lo permitiría esta vez.
El sonido de las hojas lo traían de vuelta a su realidad, y sus ojos cafés oscuros leían detalladamente las instrucciones de la ubicación exacta del lugar. En el papiro arrugado se podía leer. «Siga hasta las cascadas que lloran eternamente la tristeza del universo y luego sorteé los acantilados que se alzan como súplica al cielo por el infortunio. Para terminar, la ruta deben llevarlo hasta la cueva pérdida, que oculta el secreto del templo de Iris, para verla debe ubicar el ojo de Iris en el sol de mediodía».
Tom no podía perder aquel papel y aquella joya que casi le costó la vida en las frías cumbres del Everest. Los recuerdos le transportaron a aquel momento. El explorador se vio a sí mismo corriendo con el papiro y el ojo de Iris por la nieve, intentando escapar de los militares. Las balas bailaban en el aire frío. Después oía una voz: «Tom, mi viejo amigo, ven y ríndete, no seas tonto». Era la inconfundible voz chillona de Filiph.
Tom seguía corriendo a toda velocidad por el manto blanco, que mostraba sus pasos plasmados en una eternidad efímera. Una bala rosaba su brazo, y el líquido carmesí brotaba contrastando con el blanco dominante de las montañas.
Una voz con un español atropellado, le decía, «Detener, no correr más o morir, balas ser mortíferas».
Tom vio su última oportunidad en una granada que llevaba consigo, sin dudarlo quitó el pestillo y la tiró hacia los militares. Una explosión cobijó la ladera de la montaña y una avalancha se precipitaba hacia los hombres, luego de unos instantes todo se volvió oscuridad.
Después de unas horas Tom fue rescatado por unos 'sherpas' del sitio donde habían visto la explosión. Los recuerdos del explorador se diluían al ver las cascadas que anunciaba el papiro. Tom seguía corriendo incansable, para luego llegar a las cumbres, donde su habilidad como escalador le ayudó a sortear los peligrosos acantilados.
Una vez en el lugar y esperando el sol de medio, ubicó la joya: el ojo de Iris, en un palo. Los rayos solares se mostraban imponentes y tocaban la joya mostrando a Tom la oculta cueva como por arte de magia.
Una sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios y sintió que lo había logrado al fin después de tantas penurias. Entró rápidamente a la cueva y en su interior encontró las ruinas sagradas del templo de Iris. Tom dibujaba con su vista el lugar y la emoción recorría cada célula de su fornido cuerpo.
Tom se apresuró a entrar en las ruinas y se dirigió hasta el altar de Iris donde se encontraba el triángulo dorado, un poderoso amuleto, hermoso y suave al tacto, que según la creencia popular tenía el poder de desintegrar cualquier objeto, lo llamaron "el rayo de Iris", pero Tom no creía en esos cuentos, solo quería el amuleto como pieza de interés histórico y de paso conseguir la fama que tanto anhelaba.
Tom tomó el objeto y salió rápidamente de las ruinas, antes que las ondas solares dejarán de tocar ojo de Iris, y la cueva desapareciera con él dentro. El explorador salió justo en el momento en que la cueva se cerraba, una vez afuera miró a Filiph acompañado de los militares. «Hola, estimado amigo, veo que ya hiciste el trabajo por nosotros, jajaja».
«Filiph, ¡sabandija traicionera!», gritaba Tom mientras apretaba los puños.
«No te alteres, amigo mío, solo soy un negociante, no es nada personal». Filiph movía la mano para que los militares apuntaran con las armas a Tom. «Ahora quieres ser tan amable de darme el amuleto y no te preocupes tu nombre figurará en mi gran hallazgo, jajaja».
Tom no tenía más alternativa que entregarle el amuleto a Filiph, así que el explorador tomó el amuleto y lo tiró violentamente al suelo. Filiph enajenado ordenaba a los militares abrir fuego, en tanto que Tom se tiraba al precipicio para evitar las balas. Los hombres quedaron atónitos viendo el movimiento del explorador.
Filiph se acercaba al amuleto tomándolo con sus manos, parecía haberse roto ya que estaba abierto por la mitad, en cuestión de segundos una luz intensa empezó a emanar del amuleto, y una onda radiante intensa hizo desaparecer a los hombres, el amuleto cayó al piso y se volvió a unir.
Tom yacía inconsciente en una saliente del precipicio, al abrir los ojos unas figuras borrosas aparecían y le hablaban, se frotó con las manos para enfocar mejor. Aquellos hombres eran nativos de esas tierras y le contaron a Tom lo de la luz y luego le entregaron el amuleto.
Tom agradeció a los hombres por haberlo rescatado y se fue con ellos hasta el pueblo. Luego de unos meses su nombre figuraba en los principales diarios del mundo por el hallazgo del amuleto de Iris. Lo que muchos desconocían era el gran poder que se hallaba dentro de él.
Fin
Text authored by:
Camilo Torres
DRA
¡Thanks for you reading!
In a mysterious amulet lies the history of a people. Such a wonderful object can be a blessing or a curse. Fortunately for our protagonist the amulet has the ability to discern between good and evil and the brilliant anthropologist gets the satisfaction of having his work recognised.
Thank you for stopping by and leaving your kind comment. I'm glad you liked it, I wanted to give some adventure to the weekly call.
Happy week!
I love the imagery in this story. It glued me till the end. The amulet, in every story I've read about, has powers and it mostly functions well in the hands of golf people. This was lovely to read. Have a good one✨
Thanks for passing and leaving your comment. I'm so glad you liked it, I really enjoyed writing this story.
Thanks for your good wishesMay it be a good and successful week for you too.
Good day.
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Greetings, @rinconpoetico7 !
Your story has been selected to be part of The Ink Well's 126rd Magazine. Thank you for your presence in the community.
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Kind regards @gracielaacevedo
Thank you for this recognition, I am very happy this good news.
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Beautiful night.