Fiction: The flight (El vuelo) [EN/ES]

El sol acaricia mi cara, el candor de los rayos solares dan la bienvenida a un nuevo día. Mis párpados se mueven en rápidos movimientos, tratando de lubricar los globos oculares y enfocando las imágenes del paisaje que me acompañan desde que tengo recuerdo.

Saco mi cabeza fuera del hogar y la brisa pasa fugaz acariciando mi piel, disfruto la sensación de frescura que se filtra por cada poro. La mañana es una nueva experiencia en mi temprana vida.

Estoy esperando a mi madre que llegue con el alimento deseado, mi estómago gruñe con ferocidad angustiante. El hogar se siente vacío sin el calor de mi amada madre, ha salido desde temprano y aun no veo su sombra en el techo azul del firmamento.

Miro a mi alrededor y veo a mis hermanos levantarse de uno en uno, el letargo del amanecer se nota en sus graciosos rostros. Me miran y uno de ellos se acerca a mí.

«¿Dónde está mamá?» pregunta mientras trata de recuperar su sentido de realidad.

«No lo sé, a penas despierto y miro hacia el horizonte esperando ver su silueta». Un dejo de tristeza se asoma por entre mis palabras.

Mientras estamos en ese diálogo los demás se acercan a nosotros haciendo la misma pregunta. «¿Dónde está mamá?».

Nuestro hermano mayor trata de calmar la situación tomando la palabra. «Cálmense, cálmense, hermanos. Nuestra madre pronto volverá, debemos esperar y no impacientarnos».

«Y si ella nos ha abandonado, tú cómo nos aseguras que volverá». Mi hermano menor exasperado grita a viva voz, contagiando su impaciencia a los demás.

Una verdadera revolución está a punto de estallar las vocecillas siguen resonando por todo el hogar, se vuelven molestas y cada vez se hacen más agudas, unos brincan y otros corren pidiendo el regreso de mamá.

Yo una vez más asomo la cabeza y miro al horizonte en una súplica constante, en tanto mis hermanos no hacen más que gritar, los sonidos desesperados inundan el hogar y no hay quien ponga orden a esta pequeña discusión.

Mi hermano mayor una vez más toma la palabra, «Hermanos, hermanos, ya basta, debemos calmarnos, nuestra madre está a punto de llegar y debemos guardar orden o seremos castigados».

Por un momento el hogar se envuelve en una tensa calma. Las miradas se cruzan de unos a otros, tal vez esperando tan solo un sonido minúsculo que rompa esa armonía impuesta. Después de unos minutos yo veo en el horizonte una silueta que se aproxima rápidamente, viene tan rápido que parece cortar la luz del sol.

Reconozco el penacho rojo, es mi madre, la esperada. Mi corazón palpita más rápido que de costumbre, mis ojos se abren al máximo de sus cuencas y luego esbozo unas palabras que alborotan el hogar. «Es nuestra madre y viene volando a toda velocidad».

Las palabras calan en los oídos de mis hermanos y la euforia se apodera del hogar, todos gritan sin cansancio, esperando ser escuchados por la madre que está a pocos metros del hogar. Me coloco junto a mis hermanos, uniéndome al coro de súplicas amorosas por la llegada de la más querida.

Llega mi querida mamá con el alimento buscado con tanto empeño. Nos hace señas para que abramos nuestros picos y nos alimenta como solo ella sabe, todos brincamos de emoción y quedamos extasiados al borde del hartazgo. El hogar queda tranquilo por unas horas y nuestra querida mamá descansa juntos nosotros.

Los días pasan sin mucho contratiempo, yo siempre vigilo el regreso de nuestra madre en el mismo lugar y con la misma emoción. Hoy cumplimos con mis hermanos ya muchos días de nacidos, la mayoría nos hemos puesto fuertes y muy saludables. El hogar cada vez se hace más pequeño, pero no me preocupo mamá solucionara el problema.

Ella está junto a nosotros y empieza a actuar extraño, empuja a mi hermano mayor fuera del hogar, todos gritamos, «!No lo hagas, mami!».

Ella hace caso omiso y sigue empujando a mi hermano quien intenta aferrarse con toda sus fuerzas al hogar, rodeamos a nuestra mamá para que deje al hermano mayor, ella es demasiado fuerte y empuja a mi hermano para fuera.

Mi corazón se me detuvo por un momento y un miedo terrible empieza a recorrer todo mi cuerpo. No sé qué le pudo haber pasado a mi cariñosa madre, luego se acerco a otro de mis hermanos, lo empuja al igual que el mayor, él suplica y se aferra a nuestra madre, pero sufre el mismo final que mi hermano mayor.

Quedamos dos y empezamos a correr por el hogar gritando, y las lágrimas que fluyen incontenibles, no entendimos que impulso a mi madre a tirar fuera del hogar a mis hermanos. Después de un rato mi otro hermano cae fuera del hogar y solo quedo yo.

Vi acercarse a mi madre y le suplique que no lo haga. Mis ojos vidriosos ven el terror, después ella me empuja con todas sus fuerzas, quedo perplejo y solo mire aquellos ojos de mi madre que ahora me producen terror, un terror inimaginable, trate de aferrarme al hogar, pero su fuerza es mayor.

Me entregue a mi destino y una suave caricia le di como despedida. Caigo al abismo y mire todo difuso, unas lágrimas se sueltan de mis ojos, pero en ese instante algo me obligo a abrir mis alas y flote. El aire se mueve de entre mis plumas y me lleva hacia ese firmamento azul maravilloso.

Por mi cuerpo fluye una gran sensación de alegría y sentimientos indescriptibles en mi primer vuelo. Surco los aires como un verdadero profesional y las nubes rozan cada parte de mi cuerpo alado, me siento liviano y maravilloso, «¡soy el rey del mundo!», grite a todo pulmón.

Luego veo a mis hermanos jugueteando en el aire, están felices, me llaman y acudo a su encuentro, nuevamente juntos como el primer día. Pasamos mucho rato revoloteando en las nubes hasta que mi madre nos llama. «Vuelvan mis hijos, es hora de comer».

Regresamos al nido, entendiendo lo que nuestra madre nos enseño en ese momento crucial de nuestra vida, ella nos preparo para dejar el hogar y volar muy alto. Todos la abrazamos y le decimos, «Te amamos, mami».

Fin

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_{Sources of the covers images Source 1 Source 2 Source 3
Edited by Rincón Poético.}

Text authored by:
Camilo Torres
DRA

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