Hispaliterario 38: Recuerdos (Memories)[ES/EN]
Recuerdos
Alfonso se encontraba de vacaciones en Hawái. Era la primera vez que tomaba unas vacaciones luego de la muerte de su novia. Caminaba por la playa extasiado en la belleza de la isla; desde el momento que llegó, le pareció un bello lugar; trataba de olvidar aquel terrible accidente donde perdió a su prometida.
Mientras miraba las olas le parecía ver a su amada Elizabeth flotar con su risa mágica, sus ojos tan azules como el mar y su cuerpo de sirena, perdido en la inmensidad de aquella isla, no se dio cuenta de cómo le pasaba el tiempo, comenzaba a oscurecer y con la noche, la nostalgia; sacudió la cabeza y decidió caminar hacia la habitación del hotel.
En el camino debía cruzar largo trecho de playa, se veía a los bañistas recoger sus cosas para ir al descanso. La noche amenazaba con llegar, él, distraído, miraba a una pareja que caminaba por la orilla de la playa y no vio venir a una chica que venía trotando también distraída, fue inevitable su choque.
Ambos acudieron al otro pidiendo disculpas, se miraron y rieron hablaban al mismo tiempo tratando de explicarse lo ocurrido, hasta que Alfonzo tomó la iniciativa de presentarse.
—Creo que mejor me presento soy Alfonzo.
Ella nerviosa le dio la mano.
—Mucho gusto soy Clara.
—Creo que soy un torpe la verdad no te vi, venía tan distraído queee...
—Tranquilo también venía mirando el mar y por eso tampoco te vi.
Así, se quedaron charlando mientras la noche los cubría, ambos decidieron volver juntos al hotel, que por casualidad era el mismo, salieron aquella noche entre risas, tragos y besos vivieron una apasionada velada.
Al despertar, Clara se sorprendió al verse en la habitación de Alfonzo; sigilosa salió de su regazo y mientras buscaba su ropa vio una lata de pirulin que llamó su atención, él la tenía en la repisa de la cama, la toma para verla.
—¡Suéltala y por favor, déjala en su lugar! –, le dice.
Ella la deja en su sitio, petrificada por cómo el chico le había dado aquella orden, tomó sus cosas y salía de la habitación.
Alfonzo agarró la lata y se la lleva a su pecho sollozando, le pedía perdón a Elizabeth por estar con otra mujer.
El muchacho continuó con sus días de asueto en aquel paraíso, pero la imagen de Clara le era recurrente; pensó en llamarla, pero tenía dudas y se decía que era mejor no hablarle, la chica por su parte se fue tan intrigada por conocer qué significado tenía aquel objeto, pero ninguno dio su brazo a torcer.
Se terminaban las vacaciones para Alfonzo y decidió en su último día volver a la playa donde Elizabeth le estaba tan presente, lo primero que vio al llegar fue a Clara, acudió a su encuentro, ella le sonrió y lo saludó, él le ofreció su mano y ella la tomó, caminaron largo rato, la chica rompió el silencio:
—¿Qué tienes en esa lata?
—Recuerdos
—¿De qué o de quién?
—Mi novia, ella murió hace un año en un accidente aéreo, era aeromoza en una prestigiosa empresa de aviación, el maldito avión le dio por caerse y ella iba allí.
Con visibles lágrimas y tristeza Alfonzo fue sincero con Clara, ella sin saber qué decir lo abrazaba, estrechándolo contra sí; tanto, que él podía oír los latidos acelerados de su corazón. Así estuvieron largo rato sin decirse una palabra, solo dejaron que sus cuerpos se transmitieran sentimientos, comprensión y empatía.
Clara sintió su dolor, supo lo que era perder una parte de sí, Alfonso a su vez entendió allá en lo recóndito de su alma que ella sería la persona que, aunque nunca podría borrar el recuerdo de Elizabeth, sí le haría entender que la vida continúa y que el amor tendría una nueva oportunidad en su vida y que ese recuerdo dejado por Elizabeth, perduraría entre los dos.
Memories
Alfonso was on vacation in Hawaii. It was the first time he took a vacation after the death of his girlfriend. He was walking along the beach enraptured by the beauty of the island, from the moment he arrived, it seemed like a beautiful place. He was trying to forget that terrible accident where he lost his girlfriend.
As he watched the waves, he seemed to see his beloved Elizabeth floating with her magical laughter, her eyes as blue as the sea and her mermaid body, lost in the immensity of that island. He did not realize how time was passing, it began to get dark and with the night, the nostalgia, he shook his head and decided to walk to the hotel room.
On the way he had to cross a long stretch of beach, he could see the bathers gathering their things to go to rest. The night was threatening to arrive, he, distracted, was watching a couple walking along the beach and did not see a girl who came jogging also distracted, their collision was inevitable.
Both went to each other apologizing, they looked at each other and laughed and talked at the same time trying to explain what had happened, until Alfonzo took the initiative to introduce himself.
“I think I'd better introduce myself, I'm Alfonzo.” She nervously shook his hand.
“Nice to meet you, I'm Clara.”
“I think I'm clumsy, I really didn't see you, I was so distracted that...”
“I was also looking at the sea and that's why I didn't see you either.”
So, they stayed chatting while the night covered them, both decided to return together to the hotel, which by chance was the same, they went out that night between laughs, drinks and kisses they lived a passionate evening.
When Clara woke up, she was surprised to find herself in Alfonzo's room, stealthily she got out of his lap and while she was looking for her clothes she saw a can of pirulin that caught her attention, he had it on the bed's shelf. She took it to see it.
“Put it down and please leave it in its place!” he said.
She leaves it in its place, petrified by how the boy had given her that order, took her things and left the room.
Alfonzo grabbed the can and took it to his chest sobbing, asking Elizabeth's forgiveness for being with another woman.
The boy continued with his days of rest in that paradise, but the image of Clara was recurrent. He thought of calling her, but he had doubts and told himself that it was better not to talk to her, the girl for her part left so intrigued to know what meaning that object had, but neither gave her arm to twist.
Alfonzo's vacation was coming to an end and he decided on his last day to return to the beach where Elizabeth was so present, the first thing he saw when he arrived was Clara, he went to meet her, she smiled and greeted him, he offered her his hand and she took it, they walked for a long time, the girl broke the silence.
“What do you have in that can?”
“Memories.”
“From what or from whom?”
“My girlfriend, she died a year ago in a plane crash, she was a flight attendant in a prestigious aviation company, the damn plane crashed and she was there.”
With visible tears and sadness Alfonzo was sincere with Clara, she, without knowing what to say, hugged him, holding him close; so much so, that he could hear the accelerated beats of her heart.
They stayed like that for a long time without saying a word to each other, they only let their bodies transmit feelings, understanding and empathy.
Clara felt his pain, she knew what it was like to lose a part of herself, Alfonso in turn understood in the depths of his soul that she was the person who, although she could never erase the memory of Elizabeth, had made him understand that the Life continues and that love will have a new opportunity in his life and that the memory left by Elizabeth will last between them.
Les dejamos la participación de Rincón Poético en el reto: "Por el amor a una lata" de los amigos de @hispaliterario. Esperamos sea de su agrado.
Invitados cordialmente a participar. El link lo dejamos a continuación:
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Fuente 1 Fuente 2
Editado por Rincón Poético.
El texto esta escrito originalmente en español.
La traducción esta hecha con el traductor DeepL
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