Los hombres lobo han invadido ZDE | Hombre lobo [ES/EN]

En la Grecia antigua, existía una familia de plebeyos muy particular, del reino más influyente de esa época: todo comenzó a cambiar el día en que uno de los plebeyos se cruzó con la doncella de aquel reino.

Su nombre era Alfred, el séptimo hijo de una familia dedicada siempre a obedecer a la realeza, a ser los mejores de la plebe del castillo.

Alfred quedó prendado de la belleza de la princesa, cuando la vio caminando por el jardín; el padre de él notando que entre los jóvenes había surgido una mirada intensa, carraspeó para romper la magia y tomando del brazo a su hijo lo encaminó hacia su lugar, pero la princesa lo llamaba y pidiéndole que la llevará de paseo por el bosque. Alfred miró a su padre quien le dio una mirada de desaprobación, pero el hijo se hacía el desentendido e iba por los caballos para dar el paseo.

Llevaban casi media hora de camino y ninguno de los dos se atrevía a hablar, hasta que Alfred rompió el silencio, le preguntó si le gustaba el campo, ella volteó a mirarlo con aquellos ojos de azul intenso y le respondió que le encanta, porque le supone libertad, para ella el encierro del castillo es un sacrilegio. Él la oyó con una sonrisa y de pronto sin pensar le contestó que en los días de luna llena se sentía más libre en el campo y la montaña. Ella sonreía, con cara de confusión, pero no preguntó, solo suspiró y continuaron.

De tanto charlar y dar rienda a los caballos sin percatarse por donde iban, se perdieron en el bosque; cuando veían caer la noche se asustaron. La princesa con mucha angustia, le pidió volver; pero dieron vueltas en círculos. El chico recordó que era noche de luna llena y su lado lobuno saldría de un momento a otro sin poder evitarlo, quiso abandonarla para no causarle daño al convertirse en fiera, pero su lado más humano le decía que era peor dejarla sola.

Por ser el séptimo hijo con esa condición de licántropo, le hervía la sangre al mirar la luna, se comenzó a agitar, se bajó del caballo y corrió para ocultarse detrás de unos árboles. La princesa lo llamaba y él le gritaba “¡aléjate!”; ella sin comprender nada, oyendo sus ruidos no le parecía una buena señal, quiso huir, pero no sabía hacia donde correr. Alfred convertido en lobo la olfateaba y su aroma lo atraía con una fuerza suprema; con la claridad que brindaba la esplendorosa luna, ella descendió del caballo y caminaba hacia los árboles. El lobo agazapado, la vio venir. La Princesa se asombró al ver a Alfred convertido en lobo, él le huía, pero ella con voz entrecortada le dijo que jamás creyó en las historias de los hombres lobos que le contaba su nana, pero que siempre quiso estar con uno.

El lobo sorprendido al ver que no le temía, se le fue acercando y dudoso le ofreció su mano, ella corrió y le ofreció sus brazos y se fundieron en un abrazo.

Se rompió el hechizo de la unión cuando se oyeron gritos de los guardias del reino que la buscaba, ella le pidió con premura que la mordiera para así estar unidos por siempre. Él se negaba y le dijo que ya no podría ser como antes. Ella le respondió que eso deseaba. Él tomó su antebrazo y clavó sus colmillos afilados y huyó del lugar; la princesa tapó la herida con su vestido y gritó para que los guardias la ubicaran. Al llegar al castillo, su padre el rey la interrogó acerca de quién la había extraviado en el bosque. Ella vio la intención del padre en castigar al culpable, pero fue rápida en decir que ella sola decidió pasear sin compañía, buscaba privacidad y un poco de libertad.

Los amantes ansiosos siempre esperaban la luna llena para amarse.

In ancient Greece, there was a very particular family of commoners, from the most influential kingdom of that time: everything began to change the day one of the commoners crossed paths with the maiden of that kingdom.

His name was Alfred, the seventh son of a family always dedicated to obeying royalty, to being the best of the castle's plebs.

Alfred was captivated by the beauty of the princess, when he saw her walking through the garden; his father noticing that an intense look had arisen among the young people, cleared his throat to break the magic and taking his son by the arm he led him to his place, but the princess was calling him and asking him to take her for a walk in the forest. Alfred looked at his father who gave him a disapproving look, but the son disobeyed and going for the horses to take the ride.

They had been walking for almost half an hour and neither of them dared to speak, until Alfred broke the silence, asked her if she liked the countryside, she turned to look at him with those intense blue eyes and replied that she loves it, because it means freedom, for her the confinement of the castle is a sacrilege. He heard her with a smile and suddenly without thinking replied that on the days of the full moon he felt freer in the countryside and the mountains. She was smiling, with a confused face, but she didn't ask, she just sighed and they continued.

After talking so much and giving rein to the horses without noticing where they were going, they got lost in the forest; when they saw the night falling they got scared. The princess, in great distress, asked him to come back; but they went round in circles. The boy remembered that it was a full moon night and his wolf side would come out from one moment to another without being able to help it, he wanted to leave her so as not to cause her harm by becoming a beast, but his more human side told him that it was worse to leave her alone.

Being the seventh child with this condition of a lycanthrope, his blood boiled when he looked at the moon, he began to get agitated, got off his horse and ran to hide behind some trees. The princess was calling him and he was shouting “get away!"without understanding anything, hearing his noises did not seem like a good sign, she wanted to run away, but she did not know where to run. Alfred turned into a wolf sniffed her and her scent attracted him with a supreme force; with the clarity provided by the splendid moon, she got off the horse and walked towards the trees. The crouching wolf, he saw her coming. The Princess was amazed to see Alfred turned into a wolf, he was running away from her, but she told him in a choppy voice that she never believed in the stories of the werewolves that her nanny told her, but that she always wanted to be with one.

The wolf surprised to see that he was not afraid of her, he was approaching her and doubtful offered her his hand, she ran and offered her arms and they melted into an embrace.

The spell of the union was broken when the screams of the guards of the kingdom that was looking for her were heard, she asked him in haste to bite her so that they would be united forever. He refused and told her that it could no longer be as before. She replied that she wished that. He took her forearm and stuck his sharp fangs and fled the place; the princess covered the wound with her dress and shouted for the guards to locate her. When she arrived at the castle, her father, the king questioned her about who had lost her in the forest. She saw the father's intention to punish the culprit, but she was quick to say that she alone decided to walk unaccompanied, she was looking for privacy and a little freedom.

Anxious lovers always waited for the full moon to love each other.

Les dejamos la participación de Rincón Poético en la iniciativa: "Los hombres lobo han invadido ZDE" de la querida comunidad @zonadeescalofrio. Esperamos sea de su agrado.

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