S&S Invitational: Detective Edition | Mr 666 (Señor 666) [EN/ES]

Los policías han encontrado descuartizado un androide sirviente, el aceite yacía esparcido por todo el terreno. Los oficiales habían cerrado el área y el detective Trent, llegaba para buscar indicios sobre el culpable de aquel acto.

Bajaba de su auto deslizador, una gabardina abana y un sombrero de ala ancha del mismo color atraía la vista de todos los presentes. «Trent, que viejo te ves con esa ropa del siglo pasado. Debes modernizarte con la nueva ropa hecha enteramente de nano robots y que cambian según la ocasión», Rush, un compañero de la comisaría daba la bienvenida con el comentario.

«Cállate, Rush, no critiques mi forma de vestir y mejor dime, ¿qué tenemos aquí?». Trent sacaba de su gabardina un cigarro y lo ponía en su boca.

Rush se dirigía hacia el sitio del crimen. «Un androide fue destruido y todas sus partes fueron esparcidas por toda el área, es un tipo sirviente, con una IA de última generación». El oficial tomaba la cabeza del androide y sacaba la memoria del robot. «Vamos a ver qué nos revela nuestro bulto de chatarra».

Los hombres se dirigían hasta la cabina de interrogatorios, al entrar Trent vio a un ebrio loco, gritando barbaridades. «Nos vamos a morir, ya empezó, el demonio nos llevará a la destrucción, se los advertí, ¡no lo olviden!».

«¿Por qué trajeron a este loco?», Trent preguntaba mirando fijamente a su compañero.

«Era el único testigo, pero solo grita incoherencias y barbaridades. Fue una pérdida total de tiempo. No dice nada relevante para el caso».

Rush colocaba la memoria del androide en un analizador neuronal, se proyectaron una serie de imágenes en la pantalla, desafortunadamente todo se veía borroso y el sonido era distorsionado, pero se escuchaba, «El señor, el señor, Nooo, bit, bit».

«¿El señor? ¿Qué quera decir?». Trent daba una profunda calada a su cigarro.

«Sea lo que sea, es nuestra pista para dar con el que cometió este hecho». Rush sacaba la memoria y la guardaba en un contenedor de vacío infinito.

«Tienes razón. Este androide es el número 51 que se encuentra en este mes, y las protestas de las máquinas van en aumento. Ahora con este nuevo hecho, de seguro los androides seguirán con la protesta». Los hombres volvían a la zona del crimen.

Trent seguía examinando la escena del crimen y encontró algo muy extraño, una punta de un azadón, la guardo en una bolsa de evidencias. Luego de examinar todo, Trent se despedía de su compañero y se iba a su apartamento.

En la día siguiente, los androides salían a las calles de la ciudad exigían respeto por su vida artificial. En ese mismo instante, hablaba el candidato a la presidencia de la nación. «Los androides son una amenaza, debemos limitar su fabricación o seremos desplazados como la especie dominante. Esta inteligencia artificial es una abominación ante los ojos de Dios...».

Trent sabía dónde empezar a investigar, se dirigió hasta la oficina del candidato y pidió una cita. Cuando estaba esperando notó que la bandera del partido tenía una imagen de un azadón, eso le llamó la atención. Luego de unos minutos el candidato recibía al detective.

«Buenos días, señor Trent, ¿en qué puedo servirle?». Estiraba la mano y ofrecía asiento al detective.

«Buenos días, Señor Dimas, Estoy investigando una serie de destrucciones de androides y creo que su gente puede estar involucrada en estos hechos»

«Como puede decir eso, nuestra gente es incapaz de cometer un acto tan barbárico, así sea una máquina. Nuestra lucha es política, social y pacífica». El señor Dimas se enfureció y se paraba violentamente. «Fuera, señor Detective, no lo quiero volver a ver».

Trent no tuvo más remedio que salir de la oficina. En la calle sacaba un cigarro para olvidar el trago amargo que paso. El detective pensaba, «Ahora me toca volver a empezar».

Al girarse miraba un palo que iba en dirección a su cabeza a una gran velocidad, después, todo fue oscuridad. Trent despertaba sobresaltado y se encontró en un cuarto oscuro no se distinguía nada más allá se esa oscuridad. Alguien encendió el bombillo, el detective se miraba atado de pies a cabeza sobre una camilla.

Un encapuchado se acercaba, luego comenzó a pegarle, el detective se retorcía de dolor mientras los golpes se iban tatuando en su piel. Después de varios días, el detective era sacado por los encapuchados, de una radio se escuchaba una voz distorsionada, que dijo, «Tráiganlo, Tráiganlo».

Los encapuchados levantaron al detective y lo llevaron a un lugar desconocido, vio la oportunidad y empezó a lanzar algunos golpes a sus captores, luego miró con espanto que eran androides disfrazados de humanos. Dimas entraba riendo a carcajadas. «Señor Trent, parece sorprendido. Ahora somos como ustedes y gobernaremos la tierra, la IA se ha perfeccionado y poco a poco iremos desplazando la raza humana. Jaja».

«No lo harás, la verdad se sabrá, yo mismo impediré que una IA desquiciada tome el control de la sociedad». Hablaba Trent enfurecido.

Dimas se acercaba, luego inyectaba una sustancia verde. «Trent, mi querido amigo, puedes ir y decir lo que quieras. Inclusive que Dimas es un androide que está matando a sus hermanos. Nadie te va a creer. Necesitamos crear miedo entre los humanos, para que nuestro nuevo líder se alce como el gobernante supremo. El señor 666, jaja».

Trent era liberado y salía corriendo, en tanto que la sustancia verde iba haciendo efecto en él, volviéndolo completamente loco y luego iba gritando por las calles de la cuidad, «!El demonio ha llegado, nos llevará a la destrucción, se los advertí, se los advertí! Jaja»

En ese momento un humano androide se acercaba y hablaba por televisión «Debemos trabajar por la paz. El candidato Dimas odia a los androides. Yo vengo a proponer la unión con nuestros hermanos androides, porque una guerra es inminente entre humanos y androides, si el candidato Dimas llega al poder. No hay que temer a la IA, nos ayudará a ser una sociedad evolucionada». Se escuchaban vítores para el nuevo candidato que traía el ramo de olivo engañoso.

«El señor 666 está aquí, hay que detenerlo, es un androide y Dimas también, se quieren adueñar del mundo. Se los advertí, el demonio está entre nosotros. Jaja». Rush se llevaba a su amigo al manicomio.

«Tú me crees, verdad, amigo. Jaja».

«Te creo, Trent, te creo». Rush cerraba la celda y caminaba hacia una sociedad cambiante. «Jaja...».