S&S Invitational: Halloween Edition | Socrates (Sócrates) [EN/ES]
Socrates
“Socrates, little bandit, come over here.” The woman was calling her black cat insistently.
She was worried because it was Halloween night, and black cats were inexplicably disappearing. Socrates' favorite milk was on the plate. It was getting late, and the black cat was nowhere to be seen. As the minutes passed, the woman became more and more distressed. She kept whistling into the starry night, waiting for an answer.
After a few minutes, Socrates suddenly walked in, his eyes red as lava. When the woman saw this, she fell on her back, hitting her head with a devastating blow. They found the lifeless body after three days, and next to it, there was a plate of milk that smelled as bad as the entire apartment. There was no trace of the possible culprit.
Some time passed, and Socrates returned home. The children loved the black cat, and so did the parents. It was a happy family with a pet who purred and wandered around like Peter in his home.
But when Halloween came, Socrates disappeared again, and the puzzled family wondered where he was going. Hours passed, and the night came. The family was very worried about the fate of the cat. The children shouted the name of their dear friend.
“What a cute little kitty come here, and I'll give you some milk”. A beautiful woman led Socrates in. “You look like you're lost, cute kitty.” The girl stroked Socrates' soft black fur.
The black cat meowed and moved around the woman. She felt a dark aura enveloping her from head to toe. She began to be afraid and wanted to run away. Socrates' eyes turned red, and a terrifying meow came from the hellish beast's muzzle.
“Help, help!” Shouted the girl, totally terrified.
Two people came out of the rooms. Socrates ran away, and the woman fainted while her companions tried to revive her. “Jessy, Jessy, wake up.”
“What's wrong with Jessy?” asked Bob.
“I don't know. A black cat was on top of Jessy and ran away.” Carry kept moving Jessy to wake her up.
“We need to call 911, Carry.” Bob ran out to get the phone.
The desperate man typed in the numbers repeatedly, and in that moment of confusion, Socrates appeared. Bob looked at the cat with those red eyes and felt terrified. He dropped his horn, and when he tried to run, he became paralyzed. The cat jumped on him, showing those terrifying fangs.
Bob screamed in desperation, but the cat bit his neck, shredding his jugular vein. Blood flowed uncontrollably, leaving the man lifeless and lying on the floor. Carry came in and looked at Socrates on top of Bob.
The cat ran after Carry, who was trying to flee from the infernal beast. She was hiding in the closet, heard Socrates' footsteps, and then passed by. She opened the door softly and saw that no one was there, and she ran into the hallway stealthily. At that instant, she heard through the horn hanging from the table a voice, “911, what is your emergency?”
Carry picked up the horn and answered, “Help, help, there is a dead man, we need help, my address is 508 East Street...” Carry's body fell lifelessly next to Bob's body.
Socrates meowed ominously and began to lick the blood that flowed from the inert bodies. Once satiated, the cat walked slowly and gracefully, showing those sinister red eyes.
The cat went to Jessy and stared at her. Within seconds, the woman woke up groggily and saw Socrates sitting on the floor. Those red eyes were terrifyingly creepy, and for a moment, she saw in the animal's eyes an image of her friends falling to hell. Jessy screamed and ran away. Socrates looked at her without moving a single mustache.
At that moment, midnight struck, and the cat's red eyes disappeared. Then Socrates walked over to the milk dish and began to drink it. Jessy signaled a patrol car to stop. “Officers, officers, a sinister cat is in my apartment. It wants to kill me. Help me!”
“Calm down, miss. We received your call and came to investigate.”
“I didn't call anyone,” Jessy said. “It must have been my partner.”
“Alright, let's go see.”
The agents and Jessy were going to the apartment, and when they arrived, they saw the black cat sleeping on the couch. Socrates saw the agents and came out of the apartment. “There he is, that black cat is sinister. Kill him, kill him.” Jessy screamed in terror.
“Calm down, it's just a harmless cat. Sit down. Let's go find her friends, miss.” The sergeant calmed the stunned Jessy.
“Sergeant, there are two bodies.” One of the officers shouted from the hallway.
Jessy, in terror, began to scream and rave in tears. “It was the cat..., it was the cat..... It's sinister, you must believe me. No, no...”
“Take her away. We'll have to find out what happened here.”
Socrates arrived home in the morning, and one of the children ran to hug the black cat. “Kitty, where have you been?” the girl caressed the kitten.
“Miaw."
The end
Sócrates
«Sócrates, pequeño bandido, ven para acá». La mujer llamaba a su gato negro con insistencia.
Ella estaba preocupada porque era noche Halloween y los gatos negros desaparecían inexplicablemente. La leche favorita de Sócrates estaba en el plato. Se hacía tarde y el gato negro no asomaba por ningún lado. La mujer al pasar los minutos se angustiaba más y más. Seguía silbando a la noche estrellada esperando una respuesta.
Después de unos minutos, Sócrates entraba de sorpresa, y sus ojos eran rojos como la lava. La mujer al ver esto caía de espaldas dándose un golpe fulminante en la cabeza. El cuerpo sin vida era encontrado después de tres días y a su lado un plato de leche mal oliente como todo el apartamento. No había ningún rastro del posible culpable.
Paso un tiempo y Sócrates volvió a su hogar. Los niños adoraban al gato negro y los padres también. Era una familia feliz con mascota, quien ronroneaba y se paseaba por la casa como Pedro por su casa.
Pero al llegar Halloween, Sócrates desaparecía nuevamente, la familia desconcertada se preguntaba a dónde iría. Pasaron horas y la noche llegó. La familia estaba muy preocupada por la suerte del gato, los niños gritaban el nombre de su querido amigo.
«Qué lindo minino, ven para acá que te voy a dar un poco de leche». Una bella mujer hacia entrar a Sócrates. «Parece que estás perdido, lindo gatito». La muchacha acariciaba el suave pelaje negro de Sócrates.
El gato negro maullaba y se movía alrededor de la mujer. Ella sentía un aura oscura que la envolvía de pies a cabeza, empezó a tener miedo y quiso huir. Los ojos de Sócrates se pusieron rojos y un maullido aterrador salió de la hocico de la bestia infernal.
«Auxilio, auxilio». Gritaba la chica, totalmente aterrorizada.
De las habitaciones salían dos personas. Sócrates salió huyendo y la mujer quedó desmayada, mientras que los compañeros trataban de reanimarla. «Jessy, Jessy, despiértate».
«¿Qué sucede con Jessy?» preguntaba Bob.
«No lo sé, un gato negro estaba sobre ella y salió corriendo». Carry seguía moviendo a Jessy para despertarla.
«Tenemos que llamar urgencias, Carry». Bob salía corriendo a buscar el teléfono.
El hombre desesperado tecleaba los números errando una y otra vez, en ese momento de confusión apareció Sócrates. Bob miraba al gato que tenía esos ojos rojos. Él sintió terror, soltó la bocina y cuando quiso correr se sintió paralizado. El gato saltó sobre él mostrando esos colmillos aterradores.
Bob gritaba con desespero, pero el gato le mordía el cuello destrozándole la yugular. La sangre fluía incontrolablemente, dejando al hombre sin vida y tirado en el piso. Carry entraba y miró a Sócrates encima de Bob, quedó aterrorizada al ver la escena.
El gato corrió tras de Carry, que trataba de huir de la bestia infernal. Ella se ocultaba en el armario y escuchó los paso de Sócrates que luego pasaban de largo. Abrió la puerta suavemente y vio que no había nadie, corrió hacia el pasillo sigilosamente. En ese instante escuchó por la bocina que colgaba de la mesa una voz, «911, ¿cuál es su emergencia?».
Carry tomó la bocina y respondió, «Auxilio, auxilio, hay un muerto, necesitamos ayuda, mi dirección es calle este número 508...». El cuerpo de Carry caía sin vida junto al de Bob.
Sócrates maullaba siniestramente y empezaba a lamber la sangre que brotaba de los cuerpos inertes. Una vez saciado, el gato caminaba lentamente y con elegancia, mostrando esos ojos rojos siniestros.
Llegaba hasta Jessy y la miraba fijamente. En cuestión de unos segundos, la mujer despertó aturdida, y vio a Sócrates sentado en el piso. Aquellos ojos rojos eran terroríficamente espeluznantes y por un momento ella vio en esa mirada a sus amigos ir al infierno. Jessy gritó y salió corriendo, Sócrates la miraba sin mover un solo bigote.
En ese instante dieron las doce y los ojos rojos desaparecieron del gato, luego Sócrates se dirigió hasta el plato de leche y empezó a beberla. Jessy hacía señas a una patrulla para que se detuviera. «Oficiales, oficiales, un gato siniestro está en mi apartamento, me quiere matar. ¡Ayúdenme!».
«Cálmese, señorita, recibimos su llamada, venimos a investigar».
«Yo no llamé a nadie», decía desconcertada Jessy. «Debió ser mi compañera».
«Muy bien, vamos a ver».
Los agentes y Jessy iba al apartamento, al llegar vieron al gato negro durmiendo en el sofá. Sócrates vio a los agentes y salió del apartamento. «Ahí está, ese gato negro es siniestro. Mátenlo, mátenlo». Jessy gritaba aterrorizada.
«Cálmese señorita, solo es un gato inofensivo, siéntese. Nosotros vamos a buscar a sus compañeros». El sargento calmaba a la aturdida Jessy.
«Sargento hay dos cuerpos». Uno de los oficiales gritaba desde el pasillo.
Jessy aterrorizada empezó a gritar y a delirar entre lágrimas. «Fue el gato..., fue el gato... Es siniestro, debe creerme. No... No...».
«Llévensela, muchachos, tendremos que averiguar que paso aquí».
Sócrates llegaba a casa en la mañana, uno de los niños corría a abrazar al gato negro. «Gatito, ¿dónde estuviste?». El niño acariciaba al minino.
«Miaw».
Fin
Source 2
Edited by Rincón Poético.
The text of this post was originally translated from Spanish to English with the translator DeepL
Original content
¡Thanks for you reading!
@rinconpoetico7
Posted Using InLeo Alpha
Hola @rinconpoetico7
Esta es un relato realmente espeluznante digno de Halloween. A mi me encantan los gatos, pero este era un demonio.
Buena historia, gracias por compartirla
Felíz noche ✨️