La fotografía (Cuento) The photograph (Story) S&S Invitational: June Edition


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La fotografía

Benjamín tomó la fotografía donde aparecía su familia, todos estaban parados bajo aquel árbol que por mucho tiempo cuidó la entrada de la casa. Allí estaban, sonriendo; pero se fijó en el rostro de una mujer que no reconocía y era la única que no sonreía. Su rostro estaba bañado en lágrimas no entendía por qué aquella mujer estaba en esa fotografía, donde todos mostraban alegría y ella no. ¿Quién era?

Trató de rememorar aquellos momentos. volteó la foto para ver si en el reverso había alguna fecha o los nombres de las personas presentes, solo había manchas amarillentas producto del tiempo.
Fue contando cada uno de los presentes, allí estaban sus dos hermanos menores, también vio a un vecino que siempre participó de las fiestas que se armaban en casa. Su rostro redondo y jovial aún permanecía en su memoria, luego estaba su padre, ya fallecido.

Sonrió, no como en aquel día, cuando no pudo parar de reír por días al saber que estaba muerto. La muerte era y fue el único antídoto para acabar con su veneno. Miró sus piernas laceradas, marcadas con cicatrices por tanta violencia en honor a la buena crianza.

— Yo sí voy a enderezar a ese muchacho, —decía, — ya verás, Crisálida, me lo va a agradecer cuando sea un hombre.

Se equivocó, solo lo odié y mi pensamiento constante era matarlo algún día, tampoco lo hice, pero lo vi caer, lo vi cuando se agarró el pecho y gritaba que no quería morirse. Yo vi como la muerte se paró sobre su cuerpo y presionaba con fuerza para cortarle el aire.

El me vio reír y se fue sabiendo lo mucho que deseaba verlo jodido. Después me fui a jugar, no dije nada, cuando mi mamá lo encontró tenía una foto de mi persona presionada en su puño nunca supe de dónde la sacó, ni para que la tenía; pero eso hizo que mi sonrisa no se borrara y cuando oía que le rezaban el rosario más risa me venía y mi tío que también está en esa fotografía se enojó e intentó pegarme.

Me armé con un bate y le dije:
—¡venga y me pega y verá como su cabeza va a salir de jonrón por esa cerca!

Todos me miraron con esa cara de sorpresa, mi tío se detuvo, aunque temblaba de la rabia. Mi mamá vino, me abrazó, me dijo que me calmara.

— Anda, ve y da un paseo, es mejor para todos.

Mis hermanos me miraron con desprecio, claro, ellos obedecían ciegamente a mi papá. El los llevaba a la "Cueva del humo" ese lugar lúgubre lleno de viejas que se revolcaban con cuanto cochino llegaban para saciar su lujuria. Esas mujeres se quedaban con el sueldo de mi papá, por eso comíamos mal. A mí no me compraban ropa, ni zapatos y mi mamá no dormía, porque los huesos le dolían y no tenía con qué calmarse los dolores.

Pero, ¿quién es esa mujer? no lo recuerdo, será porque llevé tanto palo, mi papá me castigaba por cualquier cosa y no le importaba dónde cayera el golpe, por eso mi cerebro no trabaja bien y se me nublan los recuerdos.

Ahora que estoy solo en esta casa, me encontré este cajón en el cuartucho de los peroles, allí no podía entrar, mi papa solo permitía eso a mis hermanos. Había muchas cosas viejas y en un baúl conseguí unos relojes que ya se habían olvidado de dar la hora, se quedaron parados en el tiempo; ahí también estaba esa fotografía, todos estaban parados, no como los relojes, ellos se quedaron parados en la risa.

Debo ir a buscar al vecino, sé que aún vive y debe saber quién es esa muchacha. El se mudó de casa y del barrio, pero yo sé que él está vivo y lo voy a encontrar.

Por eso, Benjamín se fue aquel día, agarró la fotografía y la metió en un cuaderno y salió, luego, volteó a mirar para asegurarse que había cerrado la puerta, siempre lo olvidaba, buscó la llave en su bolsillo y ahí estaba.

Lo que no estaba era el árbol de la fotografía, tampoco estaba su madre, diciendo adiós con la mano. Ella se había quedado dormida con un dolor en el vientre, él, le dio un guarapo de anís para calmarla.

—Hijo no quiero dejarte, —le dijo, — pero creo que me llegó la hora del descanso.
—¿Cuál es esa hora? Mamá.

Le dio el guarapo y ella se quedó dormida, la acompañó un rato, hasta que llegó su tía, la única hermana de su mamá. Benjamín vio como ella le cruzó los brazos sobre el pecho y le rezó, ahí supo que su mamá no iba a despertar, pero con ella no se rio, solo entendió que ya no iba a tener más dolores, tampoco lo iba a mandar al mercado por la comida.

Cuando la metieron en la tumba, lloró, estaba solo y ya no iba a tener a quién más llorar. Sus hermanos ni siquiera vinieron, ellos hace tiempo ya no vivían en la casa. Recordó haber visto al vecino, esta vez no reía, colocó unas flores sobre la tumba y se fue.

Benjamín se quedó allí el resto del día, hasta que vino el sepulturero y le dijo que tenía que irse y podía venir mañana temprano si quería. Él se levantó y como una sombra desapareció, miró atrás cuando escuchó un chirrido fuerte y la reja se cerró.

El sol estaba alto cuando salió a buscar al vecino, preguntó a varias personas y nadie le quiso decir, pero se fue donde había un grupo de hombres que jugaban dominó y preguntó. Uno de ellos muy jovial le dijo:

—Ese es el Marqués, él se mudó al Barrio El Amparo, a veces viene por aquí, le gusta jugar, contar chistes malos y hablar de los vecinos y vecinas, tenga cuidado que muerde, ¡jajajajaja!

Benjamín llegó a la casa que le indicaron, tocó la puerta y salió una muchacha. Le dijo que buscaba al señor Marqués.

—¡Papá, te buscan!
—¿Quién hija?
—Parece un loquito.
—¡Aaah, pero sí es Benjamín! Sí, es el Benjamín, el hijo de doña Crisálida que en paz descanse. ¿Qué te trae por aquí hijo?
— ¿Me recuerda señor?
—¡Claro hijo! tanto tiempo siendo amigo de tu familia, todavía estoy lucido. No te pregunto por nadie porque sé dónde están tus hermanos y tu tío Lucrecio, a veces los visito para jugar cartas, pasa adelante, ¿qué se te ofrece?

Sacó la fotografía del cuaderno y se la mostró, él, la agarró y fue mirando cada figura.

—Vaya, vaya, no me acordaba de esta fotografía…, hay cosas que son mejores mantenerlas en el olvido...
—Señor Marqués, quiero saber quiero saber quién es la muchacha que llora.
—Déjame ver sí la recuerdo, vaya, vaya, como son las cosas... las lágrimas se ven grandes y tenía razones para eso, pobre muchacha, tus hermanos la trajeron, ¿te acuerdas de Eloísa? la beata del barrio... se la pasaba todo el día en la iglesia, es su hija y tenía mucha razón de haber llorado ese día.

— ¿Qué le pasó a esa muchacha?
—¡Ay muchacho! tus hermanos jugaron con ella, hasta tu papá participó en eso, la pusieron en esa foto para que mostrara su mejor sonrisa y ya ves, solo lloró, ellos la maltrataron, yo no participé... me invitaron, pero no lo hice... aquel día se me acabaron los chistes, no pude reír por un tiempo, por eso me fui del barrio, por eso me fui.

Benjamín comprendió por qué la señora Eloísa, no lo quería, cuánta razón tenía. Él no sabía nada. Ahora recordaba porque no salió en la fotografía, su papá le dijo que agarrara la cámara y tomara la foto, sus hermanos reían porque sabían la maldad que estaban haciendo, todos reían, por eso, su mamá se fue a la cocina, no quería ser parte de aquello, su papá la llamaba y él, capturó la imagen.

Todos quedaron allí con su maldad congelada y la hija de Eloísa lloraba, seguro mi mamá también lloraba y el señor Marqués se reía como nunca lo había hecho, ahora lo sé y eso no se puede quedar así.
Benjamín decidió visitar a la señora Eloísa y decirle que él no tuvo nada que ver con aquella maldad. La encontró sentada en su silla de ruedas con la mirada perdida, él le dijo que no sabía lo que había pasado, solo le dieron aquella cámara para tomar la fotografía, la que me encontré por estar revisando cajones y ahí, vi esas lágrimas por primera vez.

Benjamín no se dio cuenta que la hija de Eloísa estaba oyendo lo que decía, ella se acercó, se sentó a su lado y le tomó las manos. El vio un abismo de dolor en aquellos ojos, vio de nuevo esas lágrimas, ella lo abrazó en silencio y todo fue tan raro, pero él sintió un alivio y al mismo tiempo rabia, no hacia ella, si no hacia su papá y sus hermanos.

Ya su padre se había podrido en el infierno, pero sus hermanos no. Les llegó con los puños apretados y los labios le temblaban. Cuando ellos lo vieron no aguantaron las ganas de reír, los dejó que rieran todo lo que les diera la gana, hasta les sonrió y más reían y cuando él mostró la fotografía, más reían y echaban espuma por la boca de tanto reír. A mí también me dieron ganas de reír sobre todo cuando la tos comenzó a asfixiarlos, no podían parar, se agarraron el pecho, los ojos se le brotaron, las botellas cayeron de la mesa y la espuma corrió por la calle.

Le conté todo eso a la señora Eloísa, vi el rostro de su hija transformado, le conté como la risa era una mueca de dolor que se los fue llevando y les dejé mi sonrisa, fue lo último que vieron. Ahí vi, como el rostro de la hija de Eloísa era más lindo.


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The photograph

Benjamin took the photograph showing his family, all of them standing under that tree that for a long time guarded the entrance to the house. There they were, smiling; but he noticed the face of a woman he did not recognize and she was the only one who was not smiling. Her face was bathed in tears, she did not understand why that woman was in that photograph, where everyone was showing joy and she was not. Who was she?

She tried to remember those moments. She turned the photo over to see if on the back there was a date or the names of the people present, but there were only yellowish stains due to the passage of time.

He counted each one of the people present, there were his two younger brothers, he also saw the man next door who always participated in the parties that were held at home. His round and jovial face still remained in her memory, then there was her father, now deceased. Benjamin smiled, not like on that day, when he could not stop laughing for days when he learned that his father was dead.

Death was and was the only antidote to end his poison. Benjamin looked at his lacerated legs, scarred with scars from so much violence in honor of good breeding.

— I'm going to straighten that boy out, —he said, "you'll see, Chrysalis, he'll thank me when he's a man.

He was wrong, I just hated him and my constant thought was to kill him someday, I didn't do it either, but I saw him fall, I saw him when he clutched his chest and screamed that he didn't want to die. I watched as death stood over his body and pressed hard to cut off his air.

He saw me laugh and left knowing how much I wanted to see him fucked. Then I went to play, I didn't say anything, when my mom found him he had a picture of me pressed in his fist I never knew where he got it from, or what he had it for; but that made my smile not erase and when I heard that they prayed the rosary to him more laughter came to me and my uncle who is also in that picture got angry and tried to hit me.

I armed myself with a bat and told him: -come and hit me and you will see how your head will come out of that fence with a home run!

Everyone looked at me with that surprised face, my uncle stopped, even though he was shaking with rage. My mom came over, hugged me, told me to calm down.
— Go on, go and take a walk, it's better for everyone.

My brothers looked at me with contempt, of course, they blindly obeyed my dad. He would take them to the "Cave of Smoke", that dreary place full of old women who would roll around with any pig that came along to satiate their lust. Those women kept my dad's salary, that's why we ate poorly. They didn't buy me clothes or shoes and my mother didn't sleep, because her bones ached and she had nothing to soothe her pain.

But who is that woman? I don't remember her, it must be because I took so much punishment, my father punished me for anything and he didn't care where the blow fell, that's why my brain doesn't work well and my memories are blurred.
Now that I'm alone in this house, I found this drawer in the small room with the pots and pans, I couldn't go in there, my father only allowed that to my brothers. There were many old things and in a boot I found some clocks that had already forgotten to tell the time, they stood still in time; there was also that photograph, they all stood still, not like the clocks, they stood still laughing.

I must go and look for the neighbour, I know he is still alive and he must know who that girl is. He moved out of the house and the neighbourhood, but I know he's alive and I'm going to find him.

So Benjamin left that day, grabbed the photograph and put it in a notebook and went out, then turned to look to make sure he had locked the door, he always forgot, looked for the key in his pocket and there it was.

What wasn't there was the tree in the photograph, neither was his mother, waving goodbye. She had fallen asleep with a pain in her belly, he gave her an aniseed syrup to calm her down.
—Son, I don't want to leave you,’ she said, ’but I think it's time for me to rest.
—What is that time? Mama.
He gave her the potion and she fell asleep, he accompanied her for a while, until his aunt, his mother's only sister, arrived. Benjamin saw how she crossed her arms over her chest and prayed to her, he knew that his mother was not going to wake up, but he did not laugh with her, he only understood that he was not going to have any more pain, nor was she going to send him to the market for food.

When they put her in the grave, he cried, he was alone and he would have no one else to cry to. His brothers didn't even come, they didn't even live in the house anymore. He remembered seeing the neighbour, this time he wasn't laughing, he put some flowers on the grave and left.

Benjamin stayed there for the rest of the day, until the gravedigger came and told him he had to leave and could come early tomorrow morning if he wanted. He got up and like a shadow disappeared, he looked back when he heard a loud creaking sound and the gate closed.

The sun was high when he went out to look for the neighbour, he asked several people and nobody would tell him, but he went to where there was a group of men playing dominoes and asked. One of them, very jovial, said to him:
—That's the Marquis, he moved to Barrio El Amparo, sometimes he comes around here, he likes to play, tell bad jokes and talk about the neighbours, be careful he bites, hahahahahahaha!
Benjamín arrived at the house he was told, knocked on the door and a girl came out. She told him that she was looking for Mr. Marqués.
—Dad, they're looking for you!
—Who daughter?
—He looks like a madman.
—Aaah, but it's Benjamin! Yes, it's Benjamin, the son of Doña Crisálida, may she rest in peace. What brings you here, son?
—Do you remember me sir?
—Of course son! I've been a friend of your family for so long. I'm still lucid, my boy. I don't ask you about yours, because I know where your brothers and your uncle Lucrecio are, sometimes I visit them to play cards, come in, what can I do for you?

Benjamin took the photograph out of the notebook and showed it to him, the Marquis took it and looked at each figure.
—Well, well, I didn't remember this photograph..., there are things that are better kept in oblivion....
—I want to know who the weeping girl is, I want to know who she is.

—Let me see if I remember her, well, well, how things are... the tears look big and she had reasons for that, poor girl, your brothers brought her that day, do you remember Eloísa? the neighbourhood beata... she spent all day in the church, that girl is her daughter and she had every reason to have cried that day.

— What happened to that girl?
—Oh boy, your brothers abused her, even your father participated in that, they put her in that photo to show her best smile and you see, she only cried, they mistreated her, I didn't participate... they invited me, but I didn't.... that day I ran out of jokes, I couldn't laugh for a while, that's why I left the neighbourhood, that's why I left.

Benjamin understood why Mrs. Eloísa didn't want him, how right she was. He didn't know anything. Now he remembered why he was not in the photograph, his dad told him to grab the camera and take the picture, his brothers laughed because they knew the evil they were doing, they all laughed, so his mum went to the kitchen, she did not want to be part of it, his dad called her and he captured the image.

They all stood there with their evil frozen and Eloísa's daughter cried, I'm sure my mum cried too and Mr. Marqués laughed like he had never laughed before, now I know and it can't stay like that.
Benjamin decided to visit Mrs. Eloísa and tell her that he had nothing to do with that wickedness. He found her sitting in her wheelchair with a lost look in her eyes, he told her that he didn't know what had happened, they only gave her that camera to take the photograph, which I found by going through drawers and there, I saw those tears for the first time.

Benjamín didn't realise that Eloísa's daughter was listening to what he was saying, she came over, sat down next to him and held his hands. He saw an abyss of pain in those eyes, he saw those tears again, she hugged him silently and everything was so strange, but he felt a relief and at the same time anger, not towards her, but towards his father and his brothers.

His father had already rotted in hell, but his brothers hadn't, so he went looking for them. He came to them with his fists clenched and his lips trembling. When they saw him, they couldn't hold back the urge to laugh. He let them laugh as much as they wanted, he even smiled at them and they laughed even more, and when he showed them the photograph, they laughed even more and foamed at the mouth from laughing so much.

I felt like laughing too, especially when the coughing started to suffocate them, they couldn't stop, they clutched their chests, their eyes bulged out, the bottles fell off the table and the foam bubbling with laughter ran down the street.

I told all this to Mrs. Eloísa, I saw her daughter's face transformed, I told her how the laughter was a grimace of pain that took them away and I left them my smile, it was the last thing they saw. There I saw how Eloísa's daughter's face changed, it was prettier.

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Las imágenes fueron creadas con *Photoleap.ai* y fue editada con PhotoScape.      The images were created with *Photoleap.ai* and edited with PhotoScape. 
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An excellent story that you share with us on this day. I really enjoyed reading, you expose the raw reality and the abuses of people towards others. I really liked how karma appears in your story and justice is exacted for the vile acts committed. Very good job.

Thanks for sharing your story.
Good day.

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Muchas gracias por tan amable comentario, a veces siento que las mismas historias se van reescribiendo y los personajes se mueven solos buscando un final, en esta historia me pasó esa situación. Agradecido por tu lectura.

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Benjamin es un personaje admirable y valiente que se encargó de corregir los errores de su familia. A veces, cuando la perversión campa a sus anchas en una sociedad, todavía hay personas que hacen las cosas bien. Una historia oscura y bien escrita. Gracias por participar en el concurso Scholar N Scribe Invitational. Mucha suerte.


Benjamin is an admirable and brave character who took it upon himself to right the wrongs of his family! Sometimes when perversion is rife in a society, there will still be a few people who can make things right. A dark and well-written story. Thank you for participating in the Scholar N Scribe Invitational. Good luck!

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Está historia la había pensado diferente, tomando en cuenta que el tema fuera más centrado en la acción, si embargo, me dejé llevar por la intuición y me cambió casi todo, aún así, me gustó y no quise hacer mayores cambios. Le agradezco sus agradables comentarios. Vamos a ver qué se me ocurre con el nuevo desafío. Saludos.

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