Hola, amantes del arte de Splinterlands.

El tiempo pasa volando. ¡Santo cielo! Mi última participación aquí fue en la semana 280, ósea, hace cuatro meses cuando recreé mi versión de Skeleton Assassin, la cual, en mi opinión, me quedo muy chulo, que hasta pensé en estamparlo en una camiseta.

Hoy regreso en una colaboración con mi hija, en este caso, ella es la artista, quien tomó una de las cartas de referencias seleccionadas por mí para mi ejercicio de dibujo digital. Ella eligió a Dark Ferryman para dibujarlo a la usanza tradicional, es decir, en papel con lápices de colores. Y yo, fungiría como redactor y editor del presente post para la comunidad.

Admiro mucho su arte… Ella es realmente buena, es como un diamante en bruto, que de seguro brillaría con un poco de esmero. Mientras yo trabajaba en el ordenador, ella pasó varias horas con esta ilustración en su cuaderno de dibujo. Volteé en ocasiones y observé con disimulo como ella daba meticulosamente forma a mano alzada al personaje. Sin duda, en esos momentos, abstraída de cualquier preocupación mundana, de esas que la cotidianidad nos trae.

Hello, Splinterlands art lovers.

Time flies by, good heavens! My last participation here was in week 280, that is, four months ago when I recreated my version of Skeleton Assassin, which, in my opinion, was so cool, that I even thought of printing it on a t-shirt.

Today I'm back in a collaboration with my daughter, in this case, she is the artist, who took one of the reference cards selected by me for my digital drawing exercise. She chose Dark Ferryman to draw it the traditional way, that is, on paper with colored pencils. And me, I would serve as writer and editor of this post for the community.

I admire her art very much... She is really good, she is like a diamond in the rough, which would surely shine with a little care. While I was working on the computer, she spent several hours with this illustration in her sketchbook. I turned at times and watched slyly as she meticulously freehandedly shaped the character. No doubt, in those moments, abstracted from any mundane concern, the kind that everyday life brings us.